Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Los problemas más frecuentes

En esta sección de la web he incluído la descripción mínima de algunos de los malestares o problemas que trato con más frecuencia y en los que tengo mayor experiencia: Ansiedad, preocupación, autoestima, conductas disruptivas, depresión, estrés, impulsividad, inseguridad, obsesiones...

 

El número de síntomas que experimentes, la intensidad, constancia y frecuencia van a definir qué tipo de dificultad tienes para alcanzar un ánimo positivo, funcional y estable. La Evaluación en consulta nos señalará el grado de severidad y el tipo de intervención que se requiere. Esta evaluación se ha de realizar con la entrevista psicológica y los test pertinentes.

 

Quizás eches de menos alguna tipología, puedes consultarme por correo o si lo prefieres puedes llamarme por teléfono, si no es mi área de especialidad te puedo derivar a un especialista en ese tema concreto.

 

Además de las descripciones que encontrarás en los apartados de esté menú, te incluyo algunas ideas o razones por las que probablemente estás buscando apoyo psicológico:

 

  • Quieres resolver una dificultad concreta o estás experimentando una crisis.

 

  • Sientes desorientación o confusión en una etapa de tu vida en la que necesitas tomar decisiones importantes.

 

  • Quieres mejorar tu calidad de vida, cuidarte, entenderte y satisfacer las necesidades vitales para sentirte alegre, segura/o, cómodo/a y con energía e ilusión.

 

  • Necesitas valorarte y quererte mejor, así como valorar y querer a otros.

 

  • Te sientes herido/a o utilizada/o y te gustaría entender mejor la razón de hallarte en ese tipo de situaciones.

 

  • Padeces depresión, desesperanza o algún trauma.

 

  • Sientes frustración, mal humor, ira y enfado con facilidad, causándoles problemas en sus relaciones, y deseas comprender la causa así como aprender a cambiar y regular esas explosiones.

 

  • Estás atravesando una situación difícil, compleja que se te está haciendo cuesta arriba y te quita energía, sueño y tiempo. No acabas de ver la solución por más vueltas que le das.

 

  • Te cuesta tomar decisiones, dudas de todo, no tienes seguridad en las decisiones que adoptas, eso te agota y te resta confianza en ti mismo/a.

 

  • Tienes algún dolor crónico (migraña, cefalea, ardor de estómago, tensión muscular, contracturas…). Crees que puede estar relacionado con actitudes, conductas, hábitos o rasgos de tu personalidad. Quizás estás cansado/a de medicación o te gustaría probar otras opciones para mejorar tu calidad de vida.

 

  • Algunas veces te encuentras en situaciones difíciles en las relaciones con otras personas y no sabes muy bien por qué o cómo has llegado hasta ahí.

 

  • Has tenido alguna experiencia sexual desagradable y necesitas entender qué ha sucedido y cómo dimensionarla o darle sentido en tu vida.

 

  • Has salido con gente, has tenido parejas y no acabas de encajar. Necesitas comprender qué te impide consolidar las relaciones o cómo mejorar aspectos que sabes están afectando tu modo de relacionarte.

 

  • Tu ánimo está decaido, te sientes ‘deprimido/a’, sientes desesperanza, incluso cansancio, sueño o desasosiego. A veces te invade cierta angustia y/o ansiedad.

 

  • Te ha sucedido algo traumático pero no acabas de afrontarlo y adoptar una conducta satisfactoria. Temes el sufrimiento que te puede causar si lo abordas, o bien, no le quieres dar ninguna importancia a pesar de que te ha afectado notablemente.

 

  • Tienes baja auto estima y/o tienes un bajo concepto de ti. No te quieres y no te tratas con cariño incondicional. Sientes que lo que haces o tienes no vale lo suficiente. Piensas que lo que no tienes vale mucho más.

 

  • Tiendes a ser perfeccionista y empiezas a ver cómo eso está afectando negativamente a tu vida. Te gustaría aprender a ser un poco menos crítico/a contigo.

 

  • Tu actitud habitual es la de analizar en exceso cualquier situación, conducta, gesto o suceso.

 

  • Te cuesta confiar en las personas. Desconfías de casi todo el mundo: estás convencido/a de que no se merecen tu confianza, o bien dudas de los criterios a aplicar para saber si debes confiar o no.

 

  • Te resulta difícil tener citas, encontrarte con personas nuevas, tener juego amoroso, ligar o hacer amistades.

 

  • Tienes problemas familiares.

 

  • Deseas emprender un proceso de crecimiento y desarrollo personal.

 

  • Las relaciones son muy importantes para ti y, sin embargo, te resulta muy difícil gestionarlas.

 

  • Parece que te importan los demás y las relaciones más de lo que les importa a ellos. Quizás has experimentado algunas decepciones, esperando de otras personas actitudes y conductas de interés, cuidado y respeto que nunca se han producido. No entiendes por qué se produce esta situación.

 

  • Tal vez parezcas una roca para otras personas, pero en realidad no sabes cómo acercarte a ellas y compartir sentimientos y cuidados. Eso te conduce a sentir que hieres sentimientos o que juegas con ventaja.

 

Estos son algunos de los ejemplos que abordo en mi trabajo diario. Si crees que tu situación no está reflejada en este listado, no dudes en enviarme un correo contándome un pequeño resumen. Te contestaré para comentarte si abordo ese tipo de situaciones o no. En caso de no tratar ese problema te puedo facilitar la información de contacto de otros colegas de profesión que sí se ocupan de esos casos.

 

Los procesos de creación de bienestar se pueden dar en personas de todas las edades. Las sesiones para tratar problemas personales son individuales, personalizadas y con absoluta privacidad; favoreciendo la concentración, la paz, la reflexión y la serenidad. Al mismo tiempo, se crea un clima de comunicación y confianza que se traduce en un trabajo muy eficaz.

 

En este entorno, las personas estamos más abiertas a explorar con otra persona áreas de nuestra psicología (pensamientos, emociones, actitudes, creencias…) a las que habitualmente no prestamos la conveniente atención. Es infrecuente que durante la vida cotidiana, en el día a día, nos demos el tiempo y entorno adecuados para la observación, la autoreflexión y el análisis, por otra parte tan necesarios. La vida cotidiana nos imprime una aceleración y una dinámica que invita muy poco a pararse y tomar conciencia de emociones o pensamientos, que tal vez nunca nos hemos atrevido a decir en voz alta o analizarlos.

 

Esta nueva habilidad de vernos, explorarnos y conocernos facilita el acceso a ideas o sentimientos que son la clave de la explicación de los problemas, y la vía de su solución. La creación de un espacio para la comunicación y la reflexión sobre temas que pueden ser difíciles abre la posibilidad de sentirse cómodo/a hablando de aquello que nos preocupa. Uno de los pilares de mi trabajo es garantizar la total aceptación para que los clientes sientan que pueden hablar de todo. La seguridad en que ese entorno de confidencialidad y profesionalidad estará ahí para cada cliente, genera esperanza y apoyo consistentes y sólidos.

 

* Nota para todos los casos descritos: Puedes sentir alguno, varios o todos los síntomas. Puede que los sientas hace poco tiempo o hace mucho. Puede variar la intensidad y frecuencia para cada síntoma.