Ψ Psicóloga
     Lola Salinas

Acompañamiento

El acompañamiento psicológico es muy útil para aquellas situaciones vitales en las que necesitamos compartir una experiencia, nuestras emociones o nuestras dudas, y -por diversas razones- deseamos hacerlo con alguien que no está implicado personalmente en la situación o a quién no influye o afecta directamente lo que nos sucede. Por ejemplo:

 

  • Si estoy atravesando por una experiencia de duelo, porque he perdido una relación o ha fallecido una persona querida y, aunque sé que mis sentimientos se ajustan a la situación y no lo vivo como un problema, necesito desahogarme con alguien que no esté implicado en la situación.
  • Si estoy pensando en cambiar de trabajo, pero me parece que necesito algo más de elaboración antes de planteárselo a mi pareja;
  • Si me preocupa algo (separación, despido, finanzas, familia, relaciones...), pero no creo que sea un tema para compartir con personas de mi entorno;
  • Si tengo dudas sobre la inversión en una empresa o en un proyecto profesional, pero necesito analizar todos los cabos, sin la presión de quienes pueden depender de mi;
  • Si tengo claro cual es la mejor opción para mis estudios y quiero preparar bien cómo deseo comunicar la decisión a mi familia.

 

En estos casos, quizás no necesito ayuda para resolver la situación, pero sí me viene bien hablarlo con alguien, verbalizar lo que pienso, exponer mis ideas y reflexiones, obteniendo un espacio de atención y escucha que facilita mi concentración, dedicación y reflexión.

 

El acompañamiento psicológico está libre de orientaciones, recomendaciones o directrices de ayuda; porque consiste en escuchar y servir de 'eco' para fomentar la reflexión y la concentración, eliminando otros ruidos o condicionantes.

 

Con el acompañamiento psicológico se eliminan las preocupaciones derivadas del temor a compartir algo que pueda afectar a personas allegadas; se elimina la preocupación por ser juzgados; se elimina la ecesidad de seleccionar con mucho cuidado lo que decimos; se eliminan los condicionantes de quienes escuchan con prejuicios o intereses propios implicados en el asunto; se eliminan los ruidos de posibles emociones de quienes escuchan, etc.