Amor, control y posesión

La película “El Hilo Invisible” es un excelente escenario para identificar conductas poco saludables en las relaciones de amor.

El hilo invisible analiza con gran acierto la relación de amor que van tejiendo  un hombre y una mujer bastante más joven. La sorpresa, el suspense, la sutileza, la inteligencia, la estrategia, el poder, el miedo, el control y la posesión  se  combinan con gran maestría en el guión y la dirección.

El guión describe el poder como forma de relación y las estrategias de control que puede adoptar el amor cuando convierte al sujeto de su deseo en algo que quiere poseer. Describe la imperfección del amor que así es aceptado por sus protagonistas. En las relaciones, quien parece estar al control del más mínimo detalle de su entorno es en realidad controlado por mentes y voluntades más resistentes y entrenadas a escenarios sin protección. Quien parece controlar todo, desarrolla barreras para proteger su vulnerabilidad, mientras que la aparente vulnerabilidad de quién parece plegarse, se convierte en la inquebrantable cadena montada con eslabones de tesón, resiliencia, afecto, cuidado, protección, adaptación y crueldad dosificada…

Fantástica descripción de la complejidad humana y de las estrategias que cada persona desarrolla para lograr sus objetivos en la vida. En los personajes podemos observar conductas obsesivas, perfeccionismo, pasividad agresiva, posesividad, resiliencia, inocencia, aprendizaje… Todo un abanico de rasgos y personalidades.

Con maestría, el guión, la dirección y actrices-actores  logran narrar muchas cosas en diálogos cortos e intensos; muchos primeros planos y ninguno prescindible; una atmósfera y un ritmo que acompañan y apoyan muy bien la trama.

Daniel  day Lewis, logra un gran propósito: no convertir el personaje en una estrella de cine. Logra que el personaje sea real, auténtico y que sintamos una mezcla entre rechazo, interés, comprensión y ternura por él. Es un papel muy trabajado, sobrio, eficaz y creíble. No es un personaje para un papel espectacular: representa a un exitoso modisto inglés,  muy peculiar, con una necesidad patológica de perfeccionismo, control y rutinas… Daniel d Lewis, no intenta llevarse todo el protagonismo y funciona muy bien porque permite disfrutar mucho de la protagonista y de la segunda actriz.

Lesley Manville, lleva a cabo una espléndida interpretación. Su rostro está lleno de matices, consigue que su cuerpo nos transmita fielmente sus emociones, actitud, reflexiones  e intenciones. Es una magnifica actriz, que logra interiorizar el personaje y hacerse con él en una aparente sencillez. Hacer sencillo lo complejo es un arte. Su personaje está lleno de sorpresas, es un personaje que despierta la curiosidad a medida que nos adentramos en la trama. Maneja muy bien el significado emocional de las posturas, evitando en todo momento caer en ningún tipo de histrionismo. Hay escenas fabulosas en las que ella y la hermana del modisto realizan enfrentamientos con una pulcritud impresionante, entre las dos logran comerse la pantalla. Están geniales.

Vicky Krieps realiza el personaje de la hermana. No se le puede pedir más, hace lo necesario para contribuir a que todo el guión tenga sentido. Su personaje es el de la gran estratega dedicada en cuerpo y alma a la obra del hermano, que en el fondo es su propia obra. Alimentando las patologías del hermano, consigue un estatus, poder y control casi inexpugnables, hasta que llega otra gran estratega con un estilo y personalidad completamente distintas. El papel de Krieps es hábil, contenido, cuidadoso. Espléndida actuación.