Perfiles de enamoramiento

¿Con qué perfil de enamorado/a te identificas?

Nos hace falta un tercer planeta !!!! Marte y Venus NO son suficientes para reflejar la diversidad que muestran los distintos patrones de enamoramiento.

Creo que muchas de las diferencias que suelen simplificarse en dos patrones, que a través del humor se hacen corresponder con estas dos deidades, en realidad consisten en patrones que podemos encontrar tanto en un género (planeta/deidad) como en el otro. Es decir, no tiene que ver con el género sino con la personalidad del individuo en cuestión.

Hay hombres y mujeres que se parecen mucho más entre ellos en su patrón emocional de lo que se asemejan a sus propios congéneres.

Por simplificar y atendiendo a la velocidad de cristalización de las emociones y su relativa solidez, se podría decir que hay tres patrones de enamoramiento:

Enamoramiento inmediato
Enamoramiento dubitativo
Enamoramiento paulatino

1. En el enamoramiento inmediato, apenas hay evaluación o valoración de la realidad. El sujeto que se enamora, sea del género que sea, solo necesita unas pocas señales para enamorarse y desplegar todos sus sentimientos al servicio de ese nuevo amor. Suelen ser personas enamoradizas, con gran facilidad para enamorarse y también desenamorarse. Hoy te aman y mañana están totalmente decepcionados. Se enamoran de una ilusión basada en cuatro señales pero sin tener en cuenta toda la realidad. Por eso, cuando la realidad se hace patente, con facilidad se desenamoran. Suelen tender a idealizar. Por lo general, no ven al sujeto del que se enamoran, solo ven lo que les encaja con su idealización. Suelen ser entusiastas, optimistas y muy halagadores en los primeros encuentros. Pasados estos momentos, suelen cambiar la actitud y pasar a ser distantes, mohínos, desconsiderados e incluso pueden ser groseros. En el trasfondo de estas conductas está la decepción, culpabilizando al otro de su desilusión.
2. En el Enamoramiento dubitativo, hay una constante fluctuación emocional entre la ilusión de estar enamorados, la inseguridad de sus emociones, y la sensación de no estarlo. Suele darse en personas con baja tolerancia a la incertidumbre y con gestión poco eficaz de procesos ambiguos. Por decirlo con una metáfora, no se encuentran a gusto en aguas templadas: necesitan calor o frío. Estas personas viven episodios de ilusión y episodios de desilusión en el mismo día. Ven señales positivas y negativas que les hace posicionarse en uno u otro estado emocional en muy poco tiempo. Son conscientes de que les falta información, datos y tiempo pero el hecho de no gestionar bien los periodos de incertidumbre lógica en todo proceso, les lleva a cristalizar ante los signos más inmediatos, tanto en sentido positivo (inclinación al enamoramiento) como en sentido negativo (inclinación al desenamoramiento). Suelen empatizar y sufren mostrando sus dudas. Viven el proceso de enamoramiento en una constante fluctuación que no termina de resolverse.
3. Enamoramiento paulatino. Suele darse en personas con bastante equilibrio emocional, conscientes de su personalidad y necesidades y respetuosas con las del otro sujeto. No suelen fantasear sobre la otra persona. Se enamoran a medida que conocen bien a la otra persona. Necesitan tiempo y experiencias para comprender al otro y experimentar las emociones adecuadas. No se reprimen en sus expresiones pero no sienten impulsos que respondan a una señal fugaz, suelen tener respuestas y conductas que responden a señales duraderas. Cuando se enamoran, lo hacen de forma sólida, saben por lo general qué rasgos y conductas de la otra persona les han provocado el enamoramiento.

Por descontado, si escogemos otro criterio distinto a la velocidad y solidez de cristalización, encontraremos otros patrones de enamoramiento con otras categorías posibles. La combinación de todos los criterios (rasgos) posibles que entran en la ecuación del enamoramiento nos facilitan un mapa bastante preciso de la personalidad de cada individuo con independencia de su género. Del mismo modo, el análisis de la personalidad puede predecir con bastante acierto el modelo de enamoramiento que va a seguir cada persona.

Estas categorías, por otra parte, no son excluyentes. Sobre todo las dos que están más cercanas: Inmediat-dubitativo; dubitativo-paulatino. Esto significa que una misma persona, con un patrón generalmente paulatino, en función de un cambio emocional puede atravesar otra categoría, deteniéndose más en aquella que refleje mejor su personalidad. Un estado de ánimo alterado puede generar el patrón dubitativo para dejar paso al patrón paulatino una vez restablecida la estabilidad.

Lo que resulta más difícil, es que alguien que tenga el patrón paulatino pueda experimentar el patrón inmediato y viceversa.

Por lógica, el patrón que mejor se adapta a la estabilidad, el bienestar y el equilibrio es el patrón paulatino. Eso no significa ausencia de emociones, significa vivir las emociones con intensidad, solidez y realismo. Los patrones paulatinos se pueden entrenar, facilitando madurez y solidez a nuestras conductas.