- Qué actitudes contribuyen positivamente a la salud
- Qué actitudes contribuyen negativamente
- Conductas básicas para la salud
La investigación ha generado evidencia abundante sobre la relación que existe entre determinados procesos psicosociales, sus correspondientes actitudes y las conductas positivas o negativas para la salud.
¿Cuáles son los factores psicológicos y sociales que mejor contribuyen a mis conductas de salud?
Actitudes positivas para la salud
- Las actitudes y conductas racionales: basadas en hechos y en la evaluación objetiva de los riesgos, consecuencias y recursos para afrontarlas. Tus decisiones y conductas han de estar orientadas y motivadas por los objetivos de salud que te hayas propuesto; además han de ser inequívocamente coherentes con tus valores y principios y congruentes con otros objetivos.
- La Afabilidad: Una personalidad, actitud y conducta afables te protegen con tu amabilidad, la bondad, la flexibilidad, la tolerancia y el respeto. Una personalidad afable te facilita evaluar las cosas con calma y serenidad, genera en tu organismo dopamina y serotonina, impidiendo que se produzcan excesos mantenidos de cortisol y, por lo tanto, de inflamación de tejidos y de órganos. No olvidemos que en la infección por covid-19 y en muchas otras enfermedades, la inflamación es uno de los efectos más perjudiciales en la enfermedad.
- El tesón: Con tu tesón mantienes esas actitudes y conductas racionales y tu afabilidad, a pesar de las dificultades o contrariedades. El tesón te ayuda a mantener las decisiones racionales, protegiéndote de la vulnerabilidad a determinadas condiciones internas o externas que pueden contribuir a incrementar tu malestar.
- La confianza en tus recursos: Si conoces bien cuáles son tus habilidades, y las utilizas con una buena planificación, orientadas a esos objetivos, lograrás lo que te propones. La confianza en que tus recursos personales y sociales son de gran utilidad es una gran herramienta para planificarte bien y alimentar tu tesón y tu serenidad. Repasa continuamente esas habilidades y recursos. Toma conciencia de ellas. Comprende bien su gran utilidad.
- El apoyo social: Sin duda, cuanto mayor sea tu afabilidad y tu racionalidad, más fácil es que te rodees de un entorno positivo, auténtico y sólido de personas que con las que generéis vínculos mutuos de amor, cuidado, apoyo y atención. Percibir que contamos con apoyo de otras personas y de la sociedad y las instituciones, es uno de los recursos que nos produce bienestar afectivo, psicológico y físico. La sensación de pertenencia y de vínculo con los demás contribuye a que podamos desarrollar nuestras habilidades y nuestra autonomía con la tranquilidad razonable de saber que, en caso de sufrir alguna dificultad, vamos a recibir la atención, ayuda o cuidados necesarios. Para lograr estos vínculos y relaciones de autenticidad, la honestidad y la lealtad son conductas importantes. El apoyo social en situaciones de pandemia es la base de la cooperación, que a su vez es indispensable para lograr combatir el virus, unidos.
Estos factores contribuyen hasta en un 69% en la generación de conductas positivas para la salud. Otros factores también contribuyen, pero aún no sabemos específicamente en qué medida cada uno.
¿Cuáles son los factores que contribuyen negativamente a mi salud?
Actitudes negativas para la salud
- La irracionalidad: Obviamente, las decisiones y conductas irracionales son aquellas que van en contra de mis objetivos. No es racional tener el objetivo de abandonar el tabaco al mismo tiempo que me compro ‘la última cajetilla’. En el fondo, lo que estoy haciendo es posponer la decisión o posponer los planes que había elaborado para empezar a dejar el tabaco.
- El neuroticismo: El negativismo es uno de los elementos más característicos del neuroticismo. Consiste en una actitud que tiende a ver solo el peligro, el error, las dificultades, las contrariedades, las limitaciones, etc. El negativismo es una forma sesgada de ver la realidad, impidiendo verla en su conjunto. El negativismo reduce nuestras defensas inmunológicas, produciendo decaimiento, tristeza y pesimismo. El neuroticismo provoca también una visión de túnel, una visión iceberg, una visión unilateral, una visión contaminada. El neuroticismo, además, genera exceso de estrés y ansiedad, ambos son responsables de disfuncionalidad fisiológica en nuestros neurotransmisores y en nuestro organismo, produciendo un desequilibrio químico.
- El positivismo: Sería la incapacidad de percibir tu vulnerabilidad y el riesgo de determinadas situaciones o conductas. Te produciría una falsa sensación de protección y de ‘fortaleza’, lo que podría conducirte a conductas de riesgo, como no guardar las distancias, no lavarte las manos o ejercer/utilizar la prostitución, por poner algunos ejemplos.
- La impulsividad: Las reacciones dejándote llevar por la inercia y los pensamientos automáticos pueden causarte problemas y también pueden contribuir al malestar de los demás. Hemos de mantener cierta alerta y conocer cuáles son nuestros ‘impulsos’, por ejemplo besar, abrazar, tocar, coger, oler, acercarnos….
- La ira: Cuando la ira es una reacción bastante frecuente en nuestro modo de afrontar la contrariedad, esta emoción es el resultado de una falta de autoregulación. Conviene que analicemos qué diálogo interior mantemos con nosotros mismos, porque, probablemente, detrás de esa ira existan pensamientos parecidos a “no soporto la injusticia”, “deberían impedir que existieran inútiles”, “este es un imbécil”, “cómo se atreve a decirme eso”, “quién se ha creído que es”, etc. La ira, no nos permite analizar con objetividad la realidad, nos nubla la razón y, además, nos genera una química interna tóxica.
- La falta de auto confianza: Es un lastre, y suele ir unida a un pensamiento negativista. La falta de confianza en nuestros recursos y habilidades nos impide tomar decisiones racionales, nos conduce al miedo y al bloqueo, nos entristece y debilita nuestro humor.
- La falta de apoyo social: Si sentimos que estamos solos ante cualquier situación o que no disponemos de una red de apoyo suficiente, es probable que tengamos más temor a padecer una enfermedad o a tener alguna contrariedad económica. A veces, la percepción de falta de apoyo no es realista, es decir, lo tenemos, pero no lo percibimos. Este sesgo en la percepción puede estar muy relacionado con una autoestima poco sana.
- El individualismo: En una epidemia o pandemia como la del covid19, la actitud individualista puede que te dé la falsa sensación de que te proteges porque te ha llevado a aislarte completamente y a no compartir colaborar o contribuir con los demás. Incluso puede que te lleve a manifestar tu malestar, tu enfado, tu mal humor, tus miedos y tu neuroticismo, sin importarte cómo puede estar afectando eso a otras personas. Ese individualismo, es poco racional, no es nada funcional porque en la medida en que los demás también estén bien de ánimo, podrán dedicar más energía a buscar soluciones y a evitar aumentar el problema, de modo que la pandemia se solucionará antes y de mejor forma, con menos consecuencias negativas para todos, incluido tú mismo.
De nuevo, hay más elementos psicosociales que pueden contribuir a conductas poco saludables y de mayor riesgo. Sin embargo, los factores mencionados, representan casi un 70% de las conductas de riesgo.
¿Cuáles son algunas de las conductas básicas de salud?:
Conductas básicas de salud
- Una buena higiene del sueño. Rutinas, frecuencias, duración, silencio, oscuridad… Dormir de forma equilibrada, ni mucho ni poco. Niños más, adultos entre 7-8 horas diarias.
- Ejercicio físico diario o casi diario. Andar es el más accesible, inmediato, cómodo y práctico. Cuatro kilometros diarios sería el ideal.
- Alimentación equilibrada tanto en nutrientes y variedad como en cantidades. Los vegetales, hortalizas y frutas deben estar presentes en todas las comidas. Un 50% del plato pueden ser veges’.
- No adquirir o eliminar drogodependencias, adicciones o hábitos de riesgo (sexo sin protección, prostitución, conducción sin control, etc.).
- Mantener niveles reducidos de estrés.
- Mantener niveles reducidos de contaminación (atmosférica, ruido, luz).
Un abrazo fuerte y ánimos.